Entrevista a Daniel del Olmo, y Raúl Garcia (Letras Pixeladas)

Si el mes pasado tuvimos a Matra Computer Automations,hoy nos toca a un conocido suyo, Zehn Games. En especial hablaremos con Daniel del Olmo, y Raúl Garcia sobre Letras Pixeladas. Este libro puede ser adquirido en forma física, y en ebook, y que tengo que destacar, que es de las pocas veces donde un ebook tiene un precio justo. Sin más os dejo la entrevista:

Cuéntanos algo de ti.

Dani: Pues no sé que decir, la verdad, me considero una persona (que ya es mucho) algo normal. Tengo 31 años y soy maestro de Educación Especial si esto se puede considerar algo excepcional. Y poco más podría añadir, entiendo que el perfil que existe detrás de un avatar muchas veces puede causar algo de curiosidad pero en general no hay nada extraordinario detrás de mi persona. Eso sí, puedo decir con toda seguridad, que lo mejor que he hecho en esta vida tiene nombre y apellidos y se dedica a corretear por los pasillos de mi casa pegando saltos y gritos.

Raúl: Soy un joven que está más cerca de los 40 que de los 30, padre que plantó un árbol y ahora ha escrito un libro. Ah! Y me gustan los videojuegos y eso…

¿Cómo empezaste en este mundillo del videojuego?

Dani: Siempre he sentido la necesidad de enzarzarme en conversaciones que pivotaban entorno al sector del videojuegos. Antes, cuando era un chico mozo, buscaba al típico compañero de colegio o instituto para conversar e incluso discutir – sanamente – sobre el juego o la consola de turno. A medida que uno se va haciendo algo mayor, las amistades deciden tomar otros caminos en la vida y te encuentras sólo conversando contigo mismo sobre aquellos matices que te llamaban poderosamente la atención. Así, y con esto de la difusión de la red de redes, en el año 2008 decidí abrir un blog personal llamado Under My Mind. El que lo conoció sabía que estaba ante una apuesta poco común, de hecho, la mejor definición de aquel blog era “raro”. Uno nunca sabe el porqué las cosas gustan o disgustan y por aquel entonces ya tenía claro que todo eso del “megusteo” me importaba más bien poco. Algunos, los más atrevidos, tildaban mi narrativa de aburrida, de espesa e incluso de infumable. Otros, por el contrario, se veían atrapados en ella y ensalzaban el producto de manera exagerada. Al final, la conclusión era aplastante, si me quedaba con el término medio se podía entender que aquel blog era cuanto menos normal. Under My Mind se podría enmarcar como ese origen, ese punto de partida al que uno no debe nunca renunciar y tenerlo bien presente en la cabeza para saber que los proyectos individuales son cada uno de su padre y de su madre. Ahora, con el blog cerrado, y con mis esfuerzos puestos sólo para el proyecto Zehn Games, tomo consciencia de que no estaría aquí sin aquel trozo de pensamiento expuesto con dosis de desfachatez.

Raúl: Como jugador, mis primeras experiencias fueron con un Oric 1 en casa de un amigo, jugando a un sucedanio de Space Invaders. Desde ese momento y en las diferentes etapas de mi vida, el videojuego siempre me ha acompañado. Paralelamente y también desde que era un mocoso, me ha gustado llenar folios en blanco de cualquier reflexión, historia o concepto narrativo. Tras escribir en varias revistas como Saltamontes o Volumen no Legal, decidí abrir mi propio blog a modo de experiencia. El Malo del Final, actualmente cerrado, me sirvió para meter la cabeza en esto de la blogsfera y conocer a mucha gente, entre ellos a Dani. Su blog, Under My Mind y el mio, tenían una línea editorial bastante común, aunque cada uno con sus matices. De compartir esa visión tan peculiar sobre el sector, desvirtualizarnos y empezar a construir los cimientos de Zehn Games.

¿Cuales fueron tus primeras consolas y juegos?

Dani: La primera consola que entró en mi casa fue una Atari 2600 que duró exactamente 2 horas en mi casa. Mis padres, al ver que la imagen en pantalla salía en blanco y negro decidieron devolverla a la tienda y cambiarla por otra. Todavía hoy cuando recuerdo ese momento me estremezco, más si cabe cuando lo que vino a vivir a mi casa fue una NASA – esa clónica de NES – con un cartucho de chorrecientos juegos (todos con nombres cambiados) que pude disfrutar durante un par de años. Sí, lo sé aceptaba juegos de NES pero eso lo descubrí tarde y cuando Master System II entró en mi casa. Luego fue todo un poco más rodado, cosas de la edad y supongo del criterio, ya que fueron entrando en escena consolas como Game Boy, SNES, Megradrive y PlayStation. Sólo me arrepiento de la política de intercambio equivalente que aplicaban mis padres; si entra algo nuevo, lo viejo se regala.

Raúl: NES fue la primera consola que entró en casa, pero previamente ya teníamos un Amstrad CPC6128, por lo que, comprar una NES era consecuencia de querer seguir jugando tras exprimir el Amstrad. De hecho, esta consola la compro yo ahorrando durante casi un año por 12.500 pesetas de la época, y todo vino porque me enamoré de Blades of Steel de Konami. Lo más gracioso es que me compré la consola pero el juego fue otro, quizás por aquello de comprarte un juego diferente al de tus amigos para poder intercambiarlo, finalmente compré WWF WrestleMania de Rare. Sin duda, uno de los peores juegos que podía comprar. Más tarde llegaron Game Boy, SNES, Nintendo 64,… y así hasta la última adquisición, Xbox 360. A pesar de que siempre he jugado a consolas, no hay que olvidar que mis primeras experiencias delante de un videojuego tienen como referencia Doctor Livingstone, La Abadía del Crimen, Knight Lore, Batman o Match Day II por citar a algunos, todos ellos en Amstrad.

¿Nos puedes hablar de tus juegos y consolas favoritas?

Dani: No he sido nunca mucho del favoritismo – fanboyismo que se dice hoy en día – de hecho, al estar acostumbrado a tener variedad en casa siempre he sacado partido de todo aquel producto que caía en mi hogar. Cada consola tiene su encanto y por tanto, tiene sus juegos fetiche a los que adular. Pero juegos hay a raudales y podría destacar con mucho cariño algunos como Sonic (tanto de Master System II o Megadrive). Kid Chameleon, Sparkster, Secret of Mana, Alex Kid in Miracle World, Wonder Boy, Asterix y Obelix, Starwing, Killer Instinct, Super Soccer o Super Tennis. Eso sí, si me he de quedar con uno elijo a Final Fantasy VII, no por ser el mejor de la historia, ni tan siquiera por ser el mejor Final Fantasy pero con ese juego me pasé 10 años empecinado en salvar a Aerith. Y por ello, sólo por este hecho merece ser encumbrado en mi hipotético top ten. Sobre las consolas, te diría alguna burrada como la Game & Watch que mis padres me compraron al típico inmigrante que vende productos por la playa, pero así a bote pronto diré que aquella SNES llegó a echar humo.

Raúl: Como consola lo tengo claro quedándome con dos. Primero SNES porque fue capaz de minimizar la abismal distancia que existía entre los videojuegos que habitaban los salones recreativos y lo que se podía jugar en casa. Además desarrolló un catálogo propio muy variado y con juegos que siguen siendo referencia actualmente. La otra consola que destaco es PS2, básicamente por su ingente catálogo y porque dominó el sector sin oposición durante unos años de una forma que raramente volverá a repetirse.
En cuanto a juegos, Willow, The Legend of Zelda: A Link to the Past, The Legend of Zelda: Ocarina of Time, Secret of Mana, Castlevania IV, Super Mario World, Super R-Type, Pro Evolution Soccer 5, Final Fantasy X, Metal Gear Solid, The Elder Scrolls III: Morrowind, NieR, Heavy Rain… y saliendo de las consolas, Football Manager. No obstante, por encima de todos, me quedo con The Legend of Zelda: A Link to the Past.

¿Coleccionas videojuegos? ¿Qué plataformas?

Dani: Si te refieres a si sufro de Síndrome de Diógenes, que es en lo que parece haberse convertido esto del coleccionismo hoy en día, mi respuesta sería no. Pero en cambio, si que intento ir adquiriendo aquellos juegos que considera que debo tener, sea el motivo que sea, para ir jugando de tanto en tanto. Tengo una política personal bastante estricta con esto, suelo consumir aquello que compro, no soy muy amigo de esas listas de “pendiente” que abruman y llegan a asustar. Al final, no es por rebelión ni por ir contracorriente, es simplemente economía pura y dura. Si algo lleva mucho tiempo en la estantería, lo vendo y punto (cosa que pocas veces pasa). Eso sí, juego que me paso, que me llama la atención se queda ahí acumulando un lugar en mi vida y por ende en mi habitación. Ahora mismo poseo una Nintendo 64, una GameCube, una Wii (voy buscando recuperar una NES y una SNES). Tengo una PlayStation 2 y una PlayStation 3 y por último tengo una Xbox360. En portátiles me quedé en la PSP y la Nintendo DS Litle y por algún cajón debe estar la Game Boy Advance SP. No se crean, al fin y al cabo son maquinitas del diablo (ahora estoy mintiendo…jeje).

Raúl: Reconozco que no hace mucho que me dio por “rejuntar” todo aquello que había por casa de mis padres con forma de consola. De hecho ha habido consolas que he tenido que volver a comprarme porque en su día se las dejé a alguien porque “eran antiguas” o directamente las vendí para comprarme un modelo más nuevo. Actualmente dispongo de una NES, SNES, N64, GameCube, PSOne, PS2, PS3, XBOX 360, Game Boy, Game Gear y Nintendo DS Lite; mis próximas adquisiciones serán Wii, Dreamcast y Mega Drive. En cuanto a juegos, para los formatos más antiguos sobre todo, busco aquellos juegos que entiendo debo tener como parte importante del catálogo. Pero, ojalá pudiese disponer de más medios para ampliar mi colección.

¿Te dedicas profesionalmente a los videojuegos?

Dani: Resultará raro, pero tampoco es una cosa que me obsesione. De hecho, y como ya apuntaba anteriormente, mi profesión es la docencia y todo lo demás es un añadido. Pero ahora mismo – mientras consumo días del paro – no le hago ascos ni a una fregona. ¿Vivir de los videojuegos? Estaría bien, pero mucha gente piensa que escribes un libro y ya estás montado en el dólar. No, señores no, eso le pasa a los autores consolidados y precisamente, sobre videojuegos no escriben. Letras Pixeladas se parece hoy por hoy a lo más profesional que he podido realizar en cuanto a videojuegos. Luego, está la columna semanal de La Vanguardia en Pixel Art, que no deja de ser una oportunidad sin remuneración de poder escribir algo (que al final de eso se trata) sobre el sector. Pero oye, si alguien está interesado les paso mi contacto y hablamos. No seré yo el que rechace el limpiar el suelo de las oficinas de ValvE o ser el chico de los cafés de alguna redacción importante de este país (aunque seguro que ya tienen gente para eso)

Raúl: No, tengo un trabajo totalmente ajeno a este sector que me permite ayudar a mantener la economía familiar, que ya es mucho con los tiempos que corren. Evidentemente, poder ganar lo mismo trabajando en el sector de los videojuegos sería ideal, pero no es algo que me obsesione, más bien al contrario; me gusta tomarme esto como algo que me evade de mi aburrido trabajo. Pero como bien apunta Dani, si algún estudio o compañía del sector necesita a alguien para encender consolas, pues todo es hablarlo, siempre y cuando sea desde el pad, que uno tiene su dignidad (jajajaja).

¿Cómo fue plantearse hacer este libro?

Dani: Escribir un libro es de esas cosas que particularmente uno desea hacer. De hecho, en mi cabeza he escrito tantos que ríete tú de Stephen King. Pero, Letras Pixeladas sale casi por casualidad y de rebote. Me explico, Raúl y yo teníamos decidido ir a RetroMadrid 2013 para ver a algunos compañeros del blog y sobre todo para empaparnos del ambiente del evento. El editor, se puso en contacto una semana antes con nosotros porque deseaba tener una reunión y quedamos en vernos en tierras madrileñas. Lo demás fue una consecución de situaciones, el editor nos ofreció la posibilidad de escribir un libro, Raúl y yo teníamos algo en la cabeza que pensábamos que podía funcionar. Entre una cosa y la otra, de repente nos vimos escribiendo textos y sin dormir corrigiendo como cosacos para cumplir los plazos de la editorial. Puedes tener mil proyectos en la cabeza, pero lo realmente bonito es empezar a darle forma.

Raúl: Cuando desde pequeño eres habitual a los concursos de relatos del colegio o disfrutas más diseñando una aventura para un juego de rol que jugándola, pues supongo que lo del libro siempre anda  ahí presente. La capacidad para escribir un libro no es exacta ni deriva de ninguna fórmula. Cualquiera puede decidir contar algo a través de cualquier medio; el libro es uno más de ellos.

¿Nos puedes decir como fue la creación del libro?

Dani: En todo proceso creativo debe existir un momento de reflexión, un parar y pensar sobre aquello que deseas plasmar. En particular, Letras Pixeladas venía de un recorrido conceptual, recogía las entrañas de lo trabajado en Zehn Games y “sólo” faltaba volver a trabajar sobre la base para mejorar, si era posible, aquello que ya teníamos planteado. En realidad, un libro se escribe por partes, luego cuando ya tienes todo lo que consideras óptimo – que no bueno – lo empiezas a ordenar, pulir y sobre todo corregir. Al fin y al cabo, es como escribir en una entrada para un blog, pero eso sí, cambiando el formato, el modo y sobre todo respetando los tempos de lectura. Un libro no se lee igual que un blog y por tanto, necesita de procesos diferentes para su escritura.

Raúl: Siguiendo con la línea que ha expuesto Dani, el hecho de tener que reescribir el 80% de lo que ya había creo que es más complejo que empezar de cero. Es algo que hemos aprendido. Fases como tal, podemos afirmar que se han solapado y costaría diferenciarlas ya que por cumplir con el timing previsto tuvimos un mes de muchas horas de trabajo y pocas de descanso.

¿Pensante en usar otras vías como crowdfunding?

Dani: No somos muy partidarios del micromecenazgo, supongo porque ya somos los dos de otra generación y nos da apuro ir pidiendo favores económicos a terceros. Letras Pixeladas podría haber ido por esa vía de financiación pero entonces hubiéramos tenido que explicar el proyecto y esperar a recolectar el dinero.  Por el contrario, si que salimos en pre-compra y antes de salir el libro ya teníamos reservadas una treintena de ejemplares. Pensábamos que era lo más coherente, si quieres algo o lo compras o haces la reserva. El producto, en este caso el libro, iba a salir sí o sí y la inversión corría a cargo de nosotros. Luego el usuario, el lector, el consumidor era libre de decidir si hacía el esfuerzo de comprar el producto o no.

Raúl: El crowdfunding es una opción cuando quieres tantear qué posible feedback tendrá tu producto y en función de eso lo realizas o no. Nosotros queríamos publicar el libro y que la gente fuese libre de comprarlo o no, sin ningún tipo de compromiso, como se ha hecho toda la vida.

¿Cuantas personas han ayudado a la creación del libro?

Dani: El término ayudar me parece muy acertado, el libro es un trabajo de equipo. De hecho y a pesar que los autores que aparecen en la portada son sólo dos. Existen partes del libro que no están escritas por nosotros, en concreto la introducción, el prólogo, el epílogo y cuatro textos del interior son de colaboradores que decidieron apostar por sus textos. Además, el proceso de corrección fue realizado conjuntamente por un par de compañeros del blog y otros destinaron su tiempo en mantener la actualidad del mismo, mientras estábamos bajo ese proceso. Queríamos dar la oportunidad de colaborar con el producto y hacerlo un poco de todos.

Raúl: Poco más que añadir.

¿Qué programas y editores usáis?

Dani: Nuestro editor, supongo que sería el que mejor podría hablar sobre este proceso. Nosotros simplemente nos dedicamos a rellenar hojas blancas digitales para luego enviarle el trabajo para que éste lo montase y maquetase. Al fin y al cabo,  es su trabajo (jejeje)

Raúl: No hemos salido del binomio Word/Adobe Reader.

Se habla mucho de la edad dorada, de hecho otras publicaciones como RetroGamer le han dado especiales ¿crees fue un ejemplo a seguir?

Dani: En California sobre el año 1849, muchos trabajadores dejaron sus empleos y se lanzaron a la aventura de ir a buscar oro para ganarse la vida de manera rápida y “relativamente” sencilla. Esto que parece un apunte gratuito, no lo es. Me explico, la edad dorada existió porque unos señores – benditos ellos – se decidieron a emprender una aventura (como aquellos californianos) que les garantizaba grandes riquezas. La historia, por desgracia, acaba bastante mal para las dos épocas. Unos vieron que “no es oro todo lo que reluce” y los otros no supieron adaptarse al cambio de generación, dejando nuestro país sin referentes en la industria. A día de hoy, existen bastantes empresas que tienen el coraje de reunir unos cuantos miles y constituirse como empresa. Deciden apostar por el sector del videojuego, como sustento de vida. Pero la globalización ha provocado que el dinero – el oro – esté donde más facilidades existan. En España, vivimos todavía demasiado pendientes de aquella época pensando en su resurgir. Pero quizás el panorama español no sea el más apropiado, quizás lo mejor sería marcarse el objetivo básico del querer hacer cosas indistintamente de la situación o no ir a competir con aquellos que disponen de mayores recursos. Si algo tengo claro, es que mientras muchos desean ser la siguiente “Mercury Steam” otros se labran su nombre en silencio y sin hacer tanto ruido.

Raúl: La edad de oro del software español ha sido trascendente para que en nuestro país unas cuantas generaciones se hayan enganchado a los videojuegos aunque fuese de forma clandestina. Esa época se cimentó de la nada, eran chavales en su mayoría programadores licenciados en informática y carecían de conocimientos empresariales o de marketing para poder gestionar lo que tenían entre manos. Muchos de ellos se vieron dirigiendo equipos de 30 personas sin apenas contar con 25 años. Incluso así, mantuvieron un nivel de producción a la altura del resto de países europeos, pero no supieron interpretar el nuevo escenario con la entrada de los 16 bits y las consolas, además de las clásicas zancadillas que se pusieron entre todos en detrimento del crecimiento como industria. Sirva por tanto esta experiencia, para no repetir estos errores.

¿En tu opinión llegamos a ser potencia del videojuego en esa época?

Dani: No. Porque de ser así todavía hoy seguirían latiendo con mayor o menor fuerza. Por mucho que nos pese, todavía queda mucho por ver como una empresa española le tose a Nintendo, Sony o Microsoft. Eso sí, fueron importantes y sin ellos no estaríamos hablando de esa época dorada. Pero su resurgir necesita de un apoyo hacia nuestros pequeños estudios, su promoción y el creer realmente en nuestro sector. En España existen pequeños estudios de desarrollo que se dejan la vida en querer hacer algo de calidad, pero el apoyo gubernamental es mínimo por no decir, inexistente.

Raúl: Discrepo. Yo creo que sí, y a los hechos me remito. Compañías como Dinamic o Topo tenían productos licenciados en el extranjero con muy buena crítica y mejor número de ventas. El monstruo europeo era Ocean en le Reino Unido y Ubisoft (sí, ya existía) en Francia. Pero en España hubo juegos como Livingstone Supongo, Freddy Hardest o La Abadía del Crimen que serían el equivalente a un triple A actual.

Yo nací con NES/SNES y Master System/MegaDrive por lo que veo esos juegos un poco de lado, y no soy el único ¿algo falló en esa época?

Dani: ¿De lado? No, hombre. El problema es que hoy en día el videojuego es algo generalizado en los hogares y aquella época era cosa de “críos”. Esos críos del pasado, somos los padres del presente y por tanto, disfrutamos de ver a nuestros peques disfrutando de un videojuego. El único fallo de aquella época es que no se puede recuperar. Habían juegos por aquel entonces que superan en profundidad a muchos de los que hoy adoramos y ensalzamos como “obras maestras”. Pero supongo que ahora es cuando alguien que vivió la época de MSX, Spectrum o Commodore lee esto y se arranca la piel a tiras. Siempre existen y existirán (toquemos todos madera) videojuegos y consolas de mucha calidad. No podemos ser tan extremistas.

Raúl: Para nada. En mi caso, sigo disfrutando de videojuegos de generaciones pasadas sin ningún problema. La tecnología actual nos permite disfrutar de apartados técnicos espectaculares, pero en la historia del videojuego, siguen habiendo joyas, independientemente de su edad, que merecen ser jugadas en varias ocasiones.

Cuando uno se mueve en este mundillo, «los consolistas» y «los viejos peceros» suelen estar muy separados y diferenciados, ¿por qué crees que pasa esto?

Dani: Yo era de los que decía: “El ordenador es para trabajar”. Luego llegó STEAM y jodida la hemos. Sinceramente creo que es una soberana estupidez esas batallas que no conducen a nada. Está claro que el mejor ordenador exprime al máximo el mejor videojuego. Que la mayor calidad la veremos normalmente en la unión del teclado y pantalla. Pero, las consolas ofrecen muchas cosas que el ordenador nunca podrá y es la accesibilidad, la facilidad del “plug and play” la de no comprar hardware, la de no tener que pelearse con “drivers” ni puñetas. En definitiva, a algunos les gusta eso de sentarse, encender y jugar. Sin tener que esperar a que el escritorio se cargue y que nada que se haya instalado previamente haya causado conflicto.

Raúl: Recuerdo una época en la que veía los primeros juegos de LucasArts en el PC con pantalla color y tarjeta CGA 4 colores de mi vecino, y yo esperando que cayese algo parecido en mi SNES. Con el tiempo entendí que son formatos compatibles y puedes disfrutar de ambos, por lo que tener que elegir me parece innecesario. En mi caso particular, si un juego está en consola, me decanto por esta opción, ya que mi pc no es de los más potentes del mercado. Sin embargo, este me sirve para disfrutar de esos juegos que solicitan menos recursos, como los indies, o no faltar a mi cita anual con la saga Football Manager.

¿Tienes otras publicaciones?

Dani: Letras Pixeladas es nuestro primer libro, aunque también hemos colaborado en la revista Games Tribune Magazine y en RetroManiac, cuyas ediciones también se encuentran en formato papel. Además, a título personal, en Agosto se publicó un texto de investigación en videojuegos en la Revista Académica LifePlay. Por lo demás, todo lo que he realizado son colaboraciones puntuales con otros compañeros del sector, pero cabe decir que hace eones que esta vía la tengo cerrada. Motivos, cierta renacuaja de 2 años de edad que consume gran parte de mi tiempo y energías.

Raúl: Además de lo que apunta Dani, también escribimos en Pixel Art, el blog de videojuegos de La Vanguardia digital, y como no, en Zehn Games.

¿Nos puedes decir algún plan de futuro?

Dani: Tanto Raúl como yo, tenemos una convicción casi obsesiva por ir abriendo y cerrando proyectos. Creemos que en la vida los proyectos deben iniciarse y finalizarse con toda la tranquilidad del mundo. Forma parte de la estructura general de Zehn Games. Tenemos varias cosas en la cabeza, algunas se verán pronto, otras quizás tarden un poco más en concretarse o no se realicen jamás. Así a bote pronto, diría que ambos (como el resto del grupo) somos unos “culos inquietos” y no nos conformamos con el camino que se ha hecho. Lo hecho, hecho está y sin tapujos a seguir hacia adelante intentando corregir los posibles o múltiples errores que hayamos podido cometer.

Raúl: Estamos diseñando un plan para conquistar el mundo, pero de momento no podemos avanzaros nada (risas). Es curioso lo de esta pregunta, porque yo también suelo hacerla cuando hago entrevistas y en la mayoría de los casos, de forma muy elegante, no responden nada concreto.

¿Cómo ves la actualidad y el futuro de los videojuegos?

Dani: Podría decirse que el videojuego ahora mismo vive en un punto peligroso. La industria ha crecido, y como dictan las leyes y los flujos vitales, puede empezar a decrecer. Queda mucho recorrido, y si bien es cierto que venimos de una expansión descomunal a nivel social de lo que supone el sector de los videojuegos. Nos queda un recorrido muy importante por conseguir. No tenemos demasiada cultura vinculada al videojuego, seguimos consumiendo el “triple A” de turno y todavía se critica en demasía a aquel que decide desvincularse un poco del tono más “periodístico” del sector. Miren, hay lugar para todos y todos son necesarios. No me imagino a un crítico de cine siendo criticado, valga la redundancia, por un periodista que informa sobre películas o por un productor o director. Cada cual tiene su lugar, cada cual cumple su función y si algo deseo es que en un futuro nos llegue ese punto de madurez, del saber que cada camino es respetable y que para nada nadie tiene la verdad absoluta, por supuesto yo tampoco.

Raúl: Con los números en la mano, es el sector vinculado al ocio que goza de mejor salud. Pero la realidad es que hay cierta atomización que empieza a saturar el mercado. La cantidad de juegos que se publican en un año necesitan de su consumo para poder dar un rédito a toda la maquinaria vinculada. Eso incluye desde el que diseña los niveles del juego, pasando por el que crea la portada o acabando en el redactor del medio de turno que asiste a la presentación del juego. Es una cadena formada a base de cadenas, dónde cada uno de esta aporta lo suyo, por lo que se entiende, que todas son necesarias. Si esto no lo tenemos claro, por lo menos en este país, será difícil que este sector crezca profesionalmente.

¿Viejos tiempos fueron mejores?

Dani: Vivir en el pasado es peligroso, te pierdes el presente y por tanto, te quedas sin futuro. Soy más ducho de seguir los postulados de Antonio Machado y seguir el camino presente. El pasado está ahí, para recordarnos que venimos de algún lugar, pero nos deja libres para seguir plantando un pie sobre otro y mirar con orgullo el presente ya que sin él no hay futuro. Somos una sociedad, quejicosa de lo pasado, crítica con el presente e sobre ilusionada con el futuro. Al final en el año 2000 los coches nunca llegaron a volar.

Raúl: Todo debe valorarse en su justa medida. Cuando eres un chavalín que su máxima preocupación es jugar a fútbol y que la chica guapa del cole te mire cuando os crucéis en el pasillo, pues emocionalmente ciertas experiencias te impactan más; y ahí entran los videojuegos. Hay una frase que desconozco si es de alguien en concreto, que dice: “Recoge del pasado la experiencia vivida para aplicarla al presente y que te sirva en el futuro”

¿Tienes consolas de la generación actual?

Dani: No, Wii U  PSVita, Nintendo 3DS todavía no se ha venido para mi casa. Y como ni XBOX ONE ni Playstation4 han salido pues me quedo con la anterior generación. Eso sí, me interesa mucho Ouya, aunque sea sólo para echarle unas partidas y no jugar nunca jamás. Pero su concepto me parece algo atractivo.

Raúl: Generación actual es un término un poco confuso, si tenemos en cuenta que andamos a caballo entre un cambio generacional. Pero, la respuesta es no.

¿De la siguiente generación te arriesgas a dar una vencedora?

Dani: De la actual generación (jejeje) siempre he dicho que cualquier producto de Nintendo es el claro vencedor. Guste o no, al final todos cogen esos 10 juegos de Nintendo y comprar la consola. Y si no me creen, esperen a que el Sr. Miyamoto presente el Mario Universe de turno y echamos cuentas. Fíjense que a mí, Wii U sólo me interesa por pocos detalles, pero ese Bayonetta 2 me tiene el corazón robado (sí, soy raro pero es lo que hay)

Raúl: Si hablamos de vencedores y vencidos, hablemos de competiciones. Hay dos. Sony vs Microsoft, dónde acabarán con empate técnico. Y Nintendo que juega su liga a parte. Resumen, acabaremos comprando las tres, aunque guardo un pequeño espacio por Steam Box, la consola de Valve.

Para acabar ¿Queréis añadir algo?

Dani: Muchas gracias por aguantar la brasa que le he pegado al lector. Si llega a estas líneas, le aplaudo airadamente. Igualmente agradezco a esos pequeños seres que cuando te ven por las conferencias, ferias y presentaciones se acercan ilusionados para hacerte llegar su cariño. Sin ellos, no somos nada, y como actualmente ya no somos nada, seríamos menos que nada. En serio, que sepan que cada una de las muestras de apoyo han sido recogidas con todo el afecto del mundo, el que no lo haya hecho que no se corte. Y sobre todo, que a aquellos que justificada o injustificadamente critica lo que considera criticable que sepa que su papel es también importante. El mundo se mueve por tonalidades de colores que sino todos iríamos del mismo color y sería un sopor de vida. ¡Gracias y saludos!

Raúl: Agradeceros a vosotros el interés mostrado en nuestros proyectos y animar a la gente a creer en lo que hace, atreverse, ser valientes o cuanto menos intentarlo, porque la situación global es mala con esta crisis que no cede, pero viendo los días pasar tampoco solucionamos nada. ¡Gracias por ser y estar!

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